Para acompañar a las papas, nada mejor que un buen mojo.
También lo disfrutamos acompañando a las carnes, pescados, verduras o como aperitivo con un poco de pan.
Mojo significa “salsa” en portugués. ¡Gracias Portugal por poner nombre a nuestra salsa tan rica!
Según cuentan nuestros abuelos, el mojo surgió del tráfico comercial entre América, Europa y África. Gracias a nuestra situación privilegiada entre estos tres continentes. Muchos de los barcos que recalaban en nuestras costas, traían las distintas especias que se incorporan a las salsas. El famoso “mojo picón” se hace con pimientas palmeras picantes.
Normalmente los hacemos machacando en un mortero unos ingredientes básicos: aceite de oliva, vinagre, sal y ajo. A esta pasta se le añade según el mojo que se quiera elaborar: pimienta palmera, pimiento verde y rojo, pimentón, comino, cilantro, perejil, almendras, agua, azafrán, tomate, queso, etc.
Ahora nuestros chefs hacen combinaciones innovadoras introduciendo ingredientes como la canela o la tinta de calamar.