Canarias disfruta de una climatología excepcional que ha permitido la supervivencia de especies únicas. Algunas de las plantas que habitaban en los continentes europeo y africano durante la Era Terciaria han logrado perdurar en las islas gracias a la posición oceánica y la altitud, factores que mitigan las temperaturas extremas que llevaron a la extinción de sus parientes continentales.
Entre las plantas más destacadas del archipiélago se encuentra el aloe autóctono de Canarias, considerado por los expertos como el más curativo del mundo. Este aloe es altamente valorado por sus propiedades cicatrizantes, regenerativas y calmantes, lo que lo convierte en un recurso indispensable para la salud y la belleza. Su uso en cosmética y medicina natural ha ganado un reconocimiento global, consolidando su reputación como un producto de excelencia.
En los últimos años, la moringa, un «superalimento» rico en vitaminas y minerales, ha comenzado a cultivarse con éxito en Canarias. Este árbol, conocido por su alto valor nutricional, ha sido aclamado como un verdadero manantial de nutrientes, y se ha integrado perfectamente en la agricultura local, enriqueciendo aún más la biodiversidad de las islas.
El archipiélago exporta una gran variedad de flores a toda Europa, siendo reconocidas por su calidad y exotismo. En los mercados locales, es común encontrar especies tropicales que se han adaptado maravillosamente al medio canario, como las proteas, las esterlicias y los elegantes anturios. Además, los agricultores canarios cultivan una amplia gama de flores y plantas, como rosas, palmeras y crisantemos, que añaden color y vida a las islas.
Canarias es, sin duda, un paraíso botánico donde la combinación de clima, altitud y suelos volcánicos ha creado un entorno ideal para la producción de una flora variada y espectacular. Esta riqueza natural no solo embellece el paisaje, sino que también representa una parte esencial de la economía local y de la identidad cultural de las islas.