La vid fue introducida en Canarias entre los siglos XIV y XV por conquistadores y colonos que trajeron consigo las mejores cepas disponibles, con el deseo de elaborar vino lo antes posible.
Los vinos canarios se convirtieron en los primeros vinos generosos del mundo en protagonizar un comercio marítimo significativo, siendo la principal fuente de riqueza para el archipiélago durante casi trescientos años. A lo largo de la historia, estos vinos han mejorado con cada viaje que realizaban.
Han sido y siguen siendo preferidos por reyes y figuras de renombre. Desde Alejandro I, Zar de Rusia, Francisco I de Francia, hasta el rey español Carlos III, quien, según las crónicas, «tomaba hasta tres copitas diarias de vino que se hacía traer de Canarias». Los Reyes de España, Carlos de Inglaterra y Barack Obama, entre otros, también han brindado con ellos.
Gracias a su situación geográfica, las cepas en Canarias se libraron de las devastadoras epidemias, como la filoxera, que arrasaron las viñas europeas. Esto ha permitido que las islas conserven uvas ancestrales que, en Europa, solo pueden degustarse en Canarias.
Actualmente, las cepas están distribuidas en 11 Denominaciones de Origen Protegida (D.O.P.), y Canarias cuenta con variedades de uva exclusivas a nivel mundial, algunas de ellas con más de 500 años de antigüedad. Entre las variedades blancas destacan Listán Blanco, Malvasía, Gual, Albillo Criollo, Vijariego, Moscatel, Marmajuelo y Verdello. En cuanto a los tintos, sobresalen uvas como Listán Negro, Baboso Negro, Negramoll y Tintilla.
Los colonos canarios fueron responsables de llevar sarmientos de las islas a América, junto con sus métodos de cultivo.
Los vinos canarios se elaboran con uvas procedentes de viñas centenarias y a pie franco, es decir, viñas que no han sido injertadas sobre pies americanos para resistir la filoxera, sino que provienen de plantas autóctonas que no fueron afectadas por esta plaga que devastó los viñedos europeos en el siglo XIX.
Estos vinos se distinguen por un sabor único y diferente. Cultivados en suelos volcánicos, con una gran variedad de microclimas y beneficiados por la humedad de los vientos alisios, los vinos de las Islas Canarias se destacan por sus singulares características geográficas. Sorprenden por su variedad cromática, su riqueza aromática y su extraordinaria mineralidad. No es de extrañar que hayan sido premiados en numerosas ocasiones por los jurados más exigentes a nivel nacional e internacional.